martes, 2 de julio de 2013

La nova cuina pegolina

 
CAROSEL, EL MuVIM Y EL FIERA DE JORDI MORERA
EMILI PIERA
Jordi Morera, el creador de Carosel y actual responsable de la terraza y cafetería del MuVIM, debió de tener clara su vocación bastante pronto porque a los dieciséis años se ganaba la vida como camarero en el Safari Park de Verger o en el hotel Lido. Y eso pese a haberse formado en La Gavina, la escuela de la pequeña (o no tan pequeña) burguesía urbana y valencianista. Además, tuvo la suerte de tropezar con Caroline Raihle, una compañera fuerte y una mujer encantadora que ha estado a su lado.
Esencialmente, hay dos clases de cocina: la familiar (o aficionada) y la profesional. No tienen nada que ver la una con la otra. A lo que más se parece la cocina profesional es a una tarea en la primera línea del frente, poco importa que la mayoría de las veces sólo se causen víctimas entre las lechugas y pimientos, más algún pato previamente muerto y desplumado: es una guerra.
Conocí a Jordi Morera convertido, accidentalmente, en cocinero titular del festival de homenaje a las Víctimas del Metro (del 3 de julio) que celebramos hace unos años en l’ Auditori de Burjassot. Allí estableció una meritoria línea de intendencia para dar de cenar a más de ochenta artistas y organizadores que, felices, acabamos cantando y bailando acompañados a la guitarra de palo por Òscar Briz, gran dominador de la rumba, entre otros géneros. Desde entonces sé que es capaz de cocinar en su casa, en lo alto del monte, con un fogón portátil o con leña de naranjo. Nada le arredra y siempre procura divertirse.
Carosel, su restaurante en Taula de Canvis, cerca de la Llotja de la Seda, ya ha cumplido cuatro años y ha conseguido atraer la atención de las guías de Lonely Planet y de The New York Times que han destacado su formula imbatible: calidad sin fantasmadas a precios asequibles. Arroz y tapas, a mediodía. Tapas y plato principal, por la noche. 15 y 22 euros, respectivamente. Cocina de mercado con alguna insinuación moderna o deconstructiva. El vino es aparte. También tiene carta y acepta encargos.
Formado con Ramón Roteta en su restaurante de Hondarribia, en la Escuela de Hostelería de Marbella y en el restaurante Seu-Xerea de Valencia, donde fue jefe de cocina, Jordi Morera practica en la terraza y cafetería del MuVIM (cuya dirección asumió en enero de este año), el non stop cooking: desayunos, almuerzos, comidas, meriendas, cenas y coctelería. Precios un poco más económicos, incluso, que en Carosel. Lleva una terraza chill out y promueve actuaciones en directo, aunque sólo las noches del fin de semana: jueves, viernes y sábado. Las mañanas son todas operativas de martes a domingo. Un entusiasta con buen equipamiento humano y profesional al que le fascinan los inventos y alquimias de la cocina tradicional, su poderosa intuición, su aprovechamiento del recurso. Diez personas trabajan con él.  
                         Jordi Morera

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