CON GUSTO
MOMENTO POLÍTICO
EMILI PIERA
Para
entender el momento político hay que hacerse un par de preguntas: ¿Dónde
estaban tantas ansias de cambio? y ¿Por qué se manifiestan ahora? Y hay
que arriesgar algunas respuestas. Creo que estuvieron donde siempre:
sofocadas y disimuladas por el inacabable ganchillo que iba tejiendo el
sagastacanovismo mientras entre los faldones de la mesa camilla se iban
pasando favores y dispensas. En cuanto al por qué de su actualidad, que
se lo pregunten a quienes no tienen trabajo o les robaron los ahorros o
han de pagar el doble que hace diez años por estudiar en la universidad.
Mientras parecía haber dinero fácil muy pocos expresaban su
incomodidad por sostener en lo alto a una buena colección de forajidos
que pesaban más –y eran más gravosos– que el paso del Cristo de los
Afligidos.
Según John Carlin sólo el cinismo puede dar cuenta de
tan dispares reacciones (la posición de Sade en el drama Marat/Sade de
Peter Weiss) y algo tiene de cierto, pero en el 15-M, en la resistencia
de Compromís a los enjuagues del PP valenciano o en la de Ciutadans a la
omertà impuesta en el oasis catalán (aunque su móvil fuera el
nacionalismo español, a ver si uno no va a poder ser nacionalista de
donde le dé la gana) por el pujolismo ladrón, en esos movimientos yo vi
más candor que cálculo. A fin de cuentas nada tiene de malo que el
sistema sea más representativo, que los saqueadores convictos lo tengan
más difícil y que la sanidad y la educación alcancen a todos los que las
quieran.
Las prisas de Susana Díaz por consolidar su posición y
barrer a IU le ha convertido, tal vez involuntariamente, en banco de
pruebas: nadie parece tener prisas por probar hasta que se despeje el
panorama a finales de mayo. Ganar no es lo más difícil: hay que
proceder, después, a los acuerdos y conciertos, imposibles sin un poco
de generosidad ¿Cínicos? No sé. Inconstantes y cómodos, desde luego. Y
cuando se defraudan las esperanzas razonables, queda Berlusconi (o
Sarkozy) y ahí, sí, se ignora el valor de ciertas cosas aunque se
conozca el precio de todo.
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