viernes, 3 de julio de 2015

ESPIES AGERMANATS


CON GUSTO
   LENCERÍA EROTICA
EMILI PIERA
Me parece perfecto que hayan colgado en su sitio el retrato, con todos sus atavíos devocionales, del ex-presidente del parlamento valenciano, Juan Cotino. Que el retrato, al titanlux, sea obra de un forense como el señor Font de Mora es una perfecta armonía entre asunto y autoría o, si lo prefieren, entre fondo y forma. Pero la coherencia con que las cosas discurren en el microcosmos valenciano –incluidas las amenazas del ministro Cristóbal Montoro a un gobierno valenciano moroso, que es el que se va, pero que parecen dirigidas al gobierno que se viene (de gusto)–, esa guerra preventiva, esa previsibilidad que chincha más que el disparate, contrasta con los usos del imperio, pongo por caso, donde el hecho de que mande un medio negro como Obama no parece conjurar los riesgos que corren los negros completos de ser apalizados o baleados, así en Tejas como en Carolina del Sur.
Igual Obama no manda nada o muy poco. La marihuana, pongo por caso. Ahora mismo hay gente en las prisiones de Estados Unidos condenada a cadena perpetua –como lo oyen– por traficar con una sustancia con la que se puede hacer negocio en varios estados y cultivarla en muchos de ellos y que, a no tardar, les reportará a alguno de estos mercaderes un reconocimiento, y puede que hasta alguna distinción, de la Cámara de Comercio local. Es difícil saber lo que está bien y lo que está mal, pero debería ser mucho más sencillo saber qué es legal. Los gobiernos y los Estados no surgen solos, son creaciones humanas. Ahora sabemos, además, el género al que pertenecen: al de ficción.
 Otro ejemplo: está muy bien que Estados Unidos mande tropas a Polonia, a Lituania y sitios así, con el ánimo de impedir el abrazo fraternal del oso ruso, son nuestros aliados, pero entonces ¿Por qué se entretienen fisgando en el teléfono de François Hollande? Vale, ese patoso resulta que tenía, pillín, una vida amorosa mucho más interesante de lo que nos hubiéramos atrevido a suponer, pero entonces ¿Cuál es el motivo de que hayan fisgado también en el móvil personal de Angela Merkel? ¿Su loca lencería erótica?

martes, 30 de junio de 2015

LA GRAN INDUSTRIA DEL RUIDO


CON GUSTO
   BAJEN LA VOZ
EMILI PIERA
La producción de ruido se considera una industria prioritaria, no hay nada que la eche atrás, ni la Caballería. Me contaba un amigo escritor que hace muchos años alquiló, a un precio tan bajo que no se lo podía creer, una casa grande en Madrid, propiedad de una de las ramas de una familia que había dado al Ejército varios generales en dos siglos, también en Valencia. Cuando el inocente se acomodó en algunas de las piezas de aquel chollo –en el resto instaló a los amigos que querían aislarse para escribir la novela definitiva sobre Getafe–, descubrió el por qué del precio: había debajo un mercado donde asentadores, transportistas, clientes e intermediarios vociferaban desde antes de la salida del sol.
Siguiendo con esas fructíferas relaciones entre ruido y fuerzas armadas (¡cuantos valerosos artilleros ha dado a la patria nuestra tradición pirotécnica!), he observado que en restaurantes de pueblos donde el mayor movimiento de personas es el paso del cartero, se produce una escalada armamentística aunque la mitad de los comensales sean extranjeros. Empiezan por gritar los locales, pero, para hacerse oír, con la marea alta de las voces, acaban rugiendo hasta los noruegos. Al final parecemos monos aulladores del Amazonas. Aunque hay industrias tildadas de nocivas, ruidosas o insalubres, la producción de ruido nunca parece amenazada. La garantizamos incluso el gremio de las Artes Gráficas pues Pérez Benlloch (Al cierre), primero, y el linotipista Alberto Pardos, después (Así nacen y mueren los periódicos en España) admiten en sus memorias el estallido de rebeliones vecinales por una actividad con insuficientes amortiguaciones.  
El AVE silencioso (sin móviles ni voces) ha multiplicado por cuatro su cifra de negocio, aunque casi la mitad de sus usuarios son catalanes y hasta los sevillanos lo piden más que nosotros. Demasiado cívicos que hemos salido dado el mal ejemplo de Rita Barberá que quería disparar, qué animal, una traca que se oyera desde dentro de las discotecas para celebrar que nos daban la America’s Cup. Bajen la voz, por favor.

SER NEGRE NO ÉS UN OFICI (4)


Dotze homes nerviosos
Amadeu Ferragut
El comitè assessor de Jean Claude Juncker, president de la Comissió Europea, estava reunit de feia dos hores: tres economistes belgues, un politòleg hongarès i set becaris. Els joves combatien els calfaments de cap amb cerveses. Jean Claude, amb el tercer whisky.
-Vegem –va dir el senyor Juncker–, cal una amenaça que faça que el grecs tremolen
-¿Disfunció erèctil? –proposà un dels becaris
-No, una cosa pitjor.
-¿Caspa i calvície prematura?
-No, ha de ser una cosa més forta.
-Ja ho tinc –va dir Sandor, el politòleg–. Si no accepten les mesures d’ austeritat, afavorirem l’ ingrés en la UE de Turquia.
-Bona idea! Però no és prou. Cal una miqueta de guerra preventiva: atacar-los i que, damunt, se senten culpables i assenyalats.
-Ja ho tinc –va dir François, un dels economistes belgues–. Direm que l’eixida de Grècia seria per a Europa el doble de desastrosa que la fallida de Lehman brothers. Que serà el germen de la seua dissolució...
-Jo crec –va dir Franz, economista i belga de l’altra Bèlgica – que és una excessiva culpabilització de Grècia.
-¿I qui diu que Grècia tinga cap importància? –es preguntà Juncker -. Es tracta que la gent conserve la seua fe en Déu.
-Per això la troika són tres: com la Santíssima Trinitat –va dir un becari simpàtic el nom del qual Juncker no era capaç de retenir, i menys encara després del quart whisky.
-En Déu i en el primer comandament: “Estimaràs els diners per damunt de totes les coses i els diners dels altres com si ja foren teus” –afegí Juncker.
-No sé –insistí Franz–, la base de l’economia no és un dogma de fe.
-¿Qui ha dit que no? ¿Com podrien creure’s sinó que després de tants sacrificis, tornarà a eixir el sol i serem més rics?
-Una gent que ha votat a Alfonso Rus, por creure que els burros volen –va dir Vicent, el becari valencià.
-Però a mi em fa por la reacció dels treballadors europeus –va dir Franz, posseït pels escrúpols.
-Els metal·lúrgics d’ara volen ser com Rossy de Palma i si això no és possible, volen tenir un cotxe amb els cristalls fumats com el Obama, t’ ho dic jo –replicà Juncker.
-Podríem dir –apuntà l’hongarès Sandor– que si el grecs abandonen Europa, Vladimir Putin demanarà la ciutadania americana, això segur que els acollana.
Els ulls de Juncker brillaren per primera vegada a través de la boirina de 40 graus (baumé):
-Genial! Més encara: direm que Bill Clinton el farà ciutadà honorari d’Arkansas –celebrà Juncker tot fent palmes com una criatura.
-Quan el mal ve d’Arkansas/ a tots alcança –concluí Vicent, el becari valencià.            

QUERIDA CIUDADANA PIJA


CON GUSTO
   ENTRAÑABLE ALDEA
EMILI PIERA
Si Carolina Punset aspira a representar a la nueva derecha aseada y con idiomas, en vez de la carpetovetónica de barrigón y puchero comunal, tendrá que cuidar su vocabulario: “aldeano” es una acuñación de José Antonio referida al nacionalismo periférico y de los fascismos lo único que me interesa son las camisas azules, me sientan muy bien en todas sus tonalidades. Ciutadans es el tábano en la punta de la nariz que se merecía la matraca unidimensional del catalanismo de Artur Mas o ERC, pero, mujer, un pueblo tan librecambista y poco dado a la afirmación de sus señas como el valenciano, tampoco pasará nada si se afirma un poco. Un poco.
Por otra parte el valenciano o catalán no es más “entrañable” –otra vez el léxico– que el swajili, el finés o el castellano, es otra lengua y en valenciano empecé yo mismo (que hasta soy columnista) a designar el mundo: aquí un pardalet, allá un núvol, acullá una figa napolitana y, créame, vale como cualquier otra para este fin. La lengua en la que aprendes, no puede ser más entrañable, aunque sea “universal” como el chino o el inglés. No hay lenguas universales, sino extendidas por circunstancias político-guerreras siempre provisionales. Ahora, conviene dominar el inglés, además del español (y el chino y el ruso, para cuando Putin deje pasar nuestras verduras), pero eso no los hace universales, y para encontrar un buen empleo en Alemania, incluso un empleo a secas, vale más aprender alemán que dominar el inglés.
 Ciudadanos representa cierto hastío ante las políticas centrífugas, una voluntad de recentralizar (perdón por el palabro) muy legítima y quizás razonable, pero si quieren que la cosa resulte fructífera, actuante, dialogada, tendrán que abandonar el delirio según el cual ciertas representaciones del nacionalismo español (no mejor que el catalán) son evidencias científicas, verdades éticas o conclusiones doctas: una especie de cosmopolitismo natural. No existe tal cosa. No somos, no podemos ser, cosmopolitas, pero si podemos tener identidades concéntricas y que lo que somos ahora no nos impida llegar a ser más cosas.