sábado, 13 de diciembre de 2014

En el barrio


01/12/14
CON GUSTO
     EN EL BARRIO
EMILI PIERA
Nada como un lunes para descubrir tus límites y, por tanto, tus poderes, tu riqueza. Nada como el barrio para conocer la realidad. En el bar, me llama un discreto caballero y me pregunta si soy el que parezco. “Sí”, le digo, y me cuenta: “La alcaldesa está otra vez en la peluquería, aquí al lado. Y con los policías de la escolta aparcados en doble fila”. La verdad, no sé para qué tanta peluquería si siempre lleva el mismo modelo: se lo podría hacer de fibra de vidrio o de cartoné. El caballero me pregunta que pienso de Podemos y le digo que serán un recambio generacional (què córrega l’aire!) y que quizás consigan un par de reformas electorales y alguna mejora en el funcionamiento de la Hacienda y del crédito públicos. Eso ya sería mucho.
En ese barrio, que es el mío, la vida ya cuesta, como en los otros y según cuenta Levante-EMV, doscientos euros más que el año pasado, pese a la mutilación general de los salarios y a la extinción de los complementos (salvo que seas ejecutivo). Me extraña la alarma ante los populismos pues los supuestamente moderados han elegido de presidente de la UE a Jean Claude Juncker, el jefe de los defraudadores, que es como poner a la zorra a fornicar con la gallina: eso es contra natura. 
Pues la asociación de vecinos de mi barrio, Benimaclet, ha cumplido cuarenta años. Lo celebramos en el Centro Instructivo Musical con cena presidida por Antonio Pérez, muy elegante con su jersey malva. A la hora de los parlamentos nadie olvida a los sanitarios de los ambulatorios, a los maestros de los colegios (e institutos) y las dos librerías de guardia: la Traca y Primado. Salud e instrucción, como cuando el ministerio del ramo se llamaba de instrucción pública y a ningún ministro se le escapaba el homenaje a los libertadores de París (españoles, sí señor) o el entierro del editor Jaume Vallcorba, como recuerda el pintor Eduardo Arroyo. Me cuenta Javi que los huertos sociales funcionan no sólo porque son terapia o entretenimiento, sino porque llenan la despensa de cien familias. Y hay listas para arar otras siete hanegadas.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario