sábado, 13 de diciembre de 2014

Dinamo emocional


2/12/14
CON GUSTO
   DINAMO EMOCIONAL
EMILI PIERA
Ver a los presidentes del Atleti y del Deportivo casi cogidos de la mano, compungidos por la muerte de un hincha gallego a manos de los hooligans madrileños, era alucinógeno cuando hasta el más desinformado sabe que los radicales de nuestra Liga cuentan con la benevolencia o, por mejor decir, la liviandad de los clubes y, a veces, con su generosa subvención. Cría cuervos y tendrás más. Cuanto más mayor me hago, más me gusta el fútbol, el juego, y más detesto el mundillo que lo mueve ¿Puede haber fútbol sin clubes, literatura sin editoriales y sexo si noche cuyas tinieblas tan propicias resultan? Ni idea. Lo que es seguro es que, más allá del lagrimeo hipócrita, los de la pelea mortal y buscada ya son cuarentones: asusta pensar que no hayan ganado o no les hayan dejado más espacio que su épica cutre y averiada. Más viejos son los directivos y recogen los posos dorados de la agitación.
Por supuesto no quiero servir al caos, si acaso alguna vez en calidad de eventual, pero demasiada gente ha olvidado que el fútbol es un poder, cateto y casposo, más garrulo que cualquier otro, incluida la vocal del CJPJ sorprendida con la panoja andorrana de mamá en el maletero. Hace años Terenci Moix reaccionó gallardamente en un artículo de La Vanguardia contra las pretensiones de los presidentes de clubes de conseguir un tratamiento para sus personas, no sé si como honorables o como excelentísimos. Dios te dé buen galardón, Terenci, porque yo también pienso que hasta el narcotraficante de billetes Jordi Pujol, incluso Artur Mas (propiamente dicho) están varias brazas por encima de los personajillos de los clubes, por donde a veces se deja caer algún caballero como el señor Tuzón. No es lo normal.
Dejo a la consideración del discreto lector responder a la pregunta de por qué este poder zafio y a menudo defraudador recibe tantos parabienes de los poderes del Estado, convertido así en pastor de cretinos ¿Será quizás porque representa un ideal inalcanzable y en el fondo envidiado, esa curiosa dinamo generadora de emociones desaforadas de contenido cero?    

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