miércoles, 15 de julio de 2015

RADIOS I TELEVISIONS POSSIBLES


CON GUSTO
     RADIO FUTURA
EMILI PIERA
El otro día les hablaba de lo muy moderno que es el libro como herramienta para el conocimiento y su transmisión: futurista. También lo es la radio: sí, la radio. Todos y cada uno de los atributos de los medios digitales –que son instantáneos, que trabajan en tiempo real (todos los tiempos son reales, no tenemos otros), que son participativos, interactivos, populares y sensibles al lenguaje de la calle–, todo eso, lo tiene la radio, y desde hace un siglo. Es electrónico, no requiere enchufes, combina palabras, música y efectos (otra forma de hipertexto), te puedes llevar el loro a la piscina o a la playa, el móvil te pone en contacto con la emisora, inventó el audiolibro y el audiodrama y puede servirte una canción concreta para un momento feliz o melancólico…
Canal 9 murió estrangulada en el embrollo de favores, chanchullos y truculencias que se le arrollaron al cuello. Salir de ahí no va a ser fácil, y mejor no precipitarse ¿Se puede hacer algo, mientras tanto? Ya lo creo. Entre la maraña de licencias graciosas e ilegales (según sentencia judicial) que el viejo régimen concedió, con largueza para unos pocos y extremo sectarismo para quien no fuera de la cuerda (de presos), entre esas concesiones habrá algunas aprovechables y traducibles en emisoras que, con cuatro duros y la palanca de poderes locales, empiecen a levantar una red de periodismo desinfectado, de información buena y despierta, un dispositivo de comunicación del nuevo poder que no sea, simplemente, su prótesis, sino algo más.
Ese algo más es fácil de percibir y nada sencillo de explicar, así que vayamos a las percepciones. Una emisora viva necesita una terminal de ordenador y otra de agencia de noticias, un periodista polivalente y un técnico. Con eso se puede hacer periodismo caliente y desinhibido, entretenimiento, discos dedicados, debates de verdad, divulgación y muchas otra cosas. Conviene descartar cualquier tentación sectaria o manipuladora, el cultivo de sicarios está totalmente desaconsejado: la derecha siempre acabaría por pagarles mejor, tiene más, mucho más dinero.  

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