miércoles, 15 de abril de 2015

Cocina Pedante

CON GUSTO
COCINA PEDANTE
EMILI PIERA
Alguien tendrá que decirlo: si muchos cocineros se han endiosado ha sido con permiso de los comensales, porque nosotros lo hemos permitido. Como los cantantes ligeros o los futbolistas galácticos. Como los pintores, en otro tiempo tratados, por los poderosos que podían pagarse sus obras, como artesanos. Idolatría. Hay cocineros que convierten sus memorias en una divertida novela –Anthony Bourdain–, pero lo que uno espera de un cocinero, es que le dé bien de comer; lo otro, es un valor que se nos da por añadidura. Un cocinero es alguien con oficio, como un actor o un fontanero. Si no da bien de comer, sólo es un bracero de la industria del pienso. Un concurso de cocina nunca será la carrera de cuadrigas de Ben Hur. Por mucho afán que le ponga el Chicote.
Me llama un amigo que organiza un “evento gastronómico” y se lamenta: “No me vuelven a pillar. Son peores que los políticos: Si va Fulanito, yo no voy. Si va Menganito, quiero estar a su lado”. Príncipes de la Iglesia, divos y divas, pelea de egos: a los electricistas, también les pasa. Luego llega el crítico y establece el escalafón, con gran regocijo de los beneficiados. Algo de eso se olió don Antonio Machado al escribir: “En nuestro tiempo se puede hablar de la esencia del queso manchego, pero nunca de Dios sin que se nos tache de pedantes”. Hemos pasado de cocineros peones de brega que cumplían jornadas de 14 horas a los sesenta años, a no dejarles cocinar entre giras e invitaciones a la Documenta de Kassel –que, por cierto, tiene nombre de queso–, a exponer sus “obras”. Cuidado, se enrancian y desmontan.
Me parece perfecto que un cocinero se haga millonario, que invente, como Ferran Adrià, técnicas y procedimientos de los que pueda servirse la industria alimentaria, industrias no nos sobran, que nos sorprenda con piruetas y bromas, pero ¿Qué tiene que ver eso con la cocina? Un buen cocinero-a es más importante para tu placer que el ministro al que votaste, un respeto, pero si Quique Dacosta dice que su cocina se ha vuelto “introspectiva” ya no sé si mezcla pechuga y psicoanálisis. Con algas. Y pedantería.

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