miércoles, 14 de enero de 2015

Cuerpo de mujer


3/1/15
CON GUSTO
  CUERPO DE MUJER
EMILI PIERA
El otro día, en una entrada de moros y cristianos, vi un caso ejemplar de nuestra relación con el cuerpo. Los capitanes, cabos o caps de las filaes masculinas –que además solían ser veteranos– se representaban con absoluta complacencia, con la misma impunidad que un pavo real despliega sus plumas, ofrecidos a la delectación del público con la seguridad de gustar. El caso de las chicas capitanas era muy distinto: la certeza de gustar no era automática, se encontraba al final de un empeño, de un esfuerzo arduo: lo alimentaba el sentido del reto y por eso mismo era condenadamente atractivo pero, también, inestable, frágil.
Hace poco una pavorosa encuesta de la que se ha hablado muy poco (y que no encuentro en Internet), decía que sólo un dos por ciento (quizás era el cinco) de mujeres están contentas y a gusto con su cuerpo. Pregunten a los adolescentes cuantos de ellos están felices con su móvil, play station o moto y el resultado no será muy diferente. Más aún: pregunten a los hombres adultos qué tan a gusto se encuentran con sus puestos de trabajo (un consejo: pregúntenlo a cierta distancia) y el resultado no será muy distinto. Decía el filósofo coreano Byung-Chul Han, que escribe en alemán, que hemos interiorizado la explotación de tal modo que ni se nos ocurre que el fracaso pueda tener motivos externos. Más aún ciframos la realización personal en la exhaustiva explotación de nuestros recursos personales. No concebimos ser alguien sin ser algo y siempre es invierno en el cielo de nuestro descontento.
Curioso ¿Verdad? Pero el cuerpo de la mujer vale por él mismo y por su capacidad de funcionar como campo simbólico de cada época y pararrayos de sus anhelos. Por eso Paulette Goddard, la actriz, va por delante de cuantos le rodean y se convierte en elástico paradigma de esos Tiempos modernos (Chaplin) hechos de emigración, uso instrumental de las personas y el amor, la familia y los amigos como posible parapeto móvil. Por eso el cine y el comic han alumbrado un ideal imposible: una mujer de grandes tetas y caderas y de talla 38. Los hombres, mañana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario