lunes, 2 de marzo de 2015

Si yo fuera juez


CON GUSTO
   SI YO FUERA JUEZ
EMILI PIERA
 Ya sé quien organizó la desaparición del expediente judicial abierto por el borrado de los ordenadores de Bárcenas, los que guardaban su contabilidad múltiple. Ha sido el Clan de los Genoveses, digo de los Calabreses. En cualquier país los cargos públicos asumen que son interinos y así –interinos– llamaba un famoso bedel andaluz a los ministros de Educación. Incluso a los gerifaltes de antaño se les acababa el chollo al recibir la visita del motorista con el cese: la Sanglas y la Bultaco eran diosas que exigían sacrificios humanos. Pero el Partido Podrido o Pandilla Patibularia  parece moverse en los juzgados con la desenvoltura del dueño de un cortijo entre sus braceros.
Si yo fuera juez estaría muy mosca. Por ejemplo: que de esa red de curas de Granada, que habían montado tras la sacristía un mixto de cuarto oscuro y sauna pederasta, se salven, por prescripción de los delitos, todos menos el jefe, que tiene por nombre o mote Romanones. O que el ilustre reo Carlos Fabra ya anduviera en trapicheos con billetes de lotería premiados, como un narco cualquiera, cuando Zapatero aún no había terminado la mili. Más antigua aún es la costumbre –implantada por Zaplana– de pagarle, supuestamente, a Julio Iglesias en un paraíso fiscal, no sabemos si porque los dos son hinchas del Real Madrid o porque le encanta el cantor que se agarra la barriga como si tuviera problemas de reflujo gástrico, pero nunca más se supo.
 Todo eso sin contar el caso de la misteriosa desaparición de los titulares del juzgado de Nules, que partían raudos hacia más altos destinos como si en aquella sede judicial se acumularan en vez de sumarios de Carlos Fabra, residuos nucleares de larga vida y actividad intensa. Eso es poco comparado con las tarjetas black, los impuros de la depuradora de Emarsa, la ladronera que le creció a la señá Rita, o los forajidos asistentes a la boda Aznar-Agag que siguen libres y celebrados mientras Garzón, el juez que trataba de averiguar sus andanzas, está apercibido y no sé si escarmentado. Si yo fuera juez, estaría muy mosca.    

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