domingo, 21 de diciembre de 2014

Como una malva


17/12/14
CON GUSTO
 COMO UNA MALVA
EMILI PIERA
El señor Allan Mullay que según san Google es el baranda de la Ford, está de enhorabuena: los Reyes le traerán un tren para él solo entre Almussafes y Valencia. Los demás, incluidos Federico Félix y Vicente Boluda, próceres de la patronal y muñidores de acuerdos entre los distintos sectores, es un decir, de la derecha valenciana, tendremos que cabalgar una escoba, como los niños pobres, y hacernos a la idea de que es el AVE de la costa. Eso sí, pienso ir a Castellón a probar su nuevo tranvía. Me encantan los tranvías, también el de Valencia: una vez crucé la frontera mejicana en el tranvía de San Diego en compañía de mulas, coyotes, evasores fiscales y pacientes de los dentistas de Tijuana. Fue divertido, en ningún lugar se está como fuera de casa (R. Azcona).
A Félix y Boluda se les ve muy enfadados con los ministros de España porque, según ellos, no les hacen caso y no pintan nada. El enfado es un síntoma, pero nadie se enfada más que las parejas de enamorados. A lo mejor habrían de preguntarse con quién se han casado: políticamente, quiero decir. Boluda incluso plantea crear un partido regionalista potente para reemplazar al atónito y desalado PP local. Mi amigo Salvador Vendrell, le manda directamente… a comprar turrón con el dinero que sin duda tiene, aunque no sé: el hecho de que los regionalistas hayan servido a la derecha lo mismo de comensales que de menú –la antropofagia es una respetable cocina cuyo único peligro es que tu puedas ser el primer plato, según Camba– quizás haya puesto a la defensiva a las posibles huestes, aunque no sean de las más espabiladas.
 A estos caballeros, y detrás al noble pueblo valenciano, les ocurre lo mismo: que llevamos muchos quinquenios ofrendando nuevas glorias a España. Yo por mi patria, mato (antes que morir), pero que ofrenden el acanto las púberes canéforas de Rubén Darío, que eso fue modernista en 1910, ahora es una pesadez prepolítica de arrope y Málaga virgen. Por otra parte, el furor de estos patronos pertenece más, me parece, a la gaseosa que al vulcanismo: una pequeña expansión, un alivio y quedarán como una malva.

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